Juan José Urbina
Ante la necesidad de buscar nuevas opciones, permítanme darles mi opinión sobre cómo estas propuestas pudieron haber sido más adecuadas.
Los salvadoreños son muy trabajadores, echan riata, no le temen al trabajo, se rebuscan y siempre ven como hacen.
Hace algunos días me crucé con un estudio sobre el impacto de la inversión en educación para la primera infancia –etapa que se mide desde cero hasta seis a
Si nos ponemos a pensar por qué más nos conocen en el mundo, posiblemente es por nuestras condiciones económicas y sociales, que nos etiquetan como país tercermundista. Sin embargo, en la actualidad tanto El Salvador como el resto de países del mundo se enmarcan en una carrera contra el tiempo con límite de llegada en el año 2030. Esta carrera busca revertir esas condiciones de subdesarrollo y para esto se han establecido 17 categorías (u objetivos), que van desde poner fin a la pobreza, buscar la igualdad de género hasta la reducción de las desigualdades.
La discusión sobre la necesidad de una reforma al sistema de pensiones está nuevamente sobre la mesa. Ha vuelto a salir a la luz sin mayores cambios que como fue dejada el año pasado. Sin embargo, este retorno fue producido por el fatal e incendiario campo pagado que apareció en algunos periódicos del país.
Hasta la fecha el Ministerio de Hacienda (MH) se ha limitado a hacer de tripas corazón. La fragilidad y poco margen de maniobra de las finanzas públicas, han relegado a dicha entidad a simplemente ser el contador financiero del resto de entidades del Estado.
Nos encontramos en un momento crítico para el país, en el cual se están realizando importantes discusiones para reformar el sistema de pensiones, tema que ha estado en boga en los últimos meses. Recientemente, fue presentado el estudio “El Salvador: En la búsqueda de un acuerdo nacional de sostenibilidad fiscal”, que tiene el objetivo de fomentar el diálogo para lograr soluciones integrales a las distintas problemáticas del país, desde el ejercicio de la fiscalidad.
Hasta la fecha ha pasado casi desapercibida y ha sido motivo de una que otra celebración y algarabía, pero si volcamos nuestra atención, nos daremos cuenta como la Ley de Turismo merece menos alegr
En El Salvador no tenemos una crisis de las finanzas públicas, tenemos una crisis política. Fue el enunciado de inicio de mi anterior columna, y los acontecimientos de la última semana hacen necesario que la vuelva a retomar para la presente columna de conclusión.
Un vaso con agua es la metáfora predilecta cuando se busca hablar sobre transparencia. Pero aún el vaso con el agua que pueda parecer más pura, necesita ser puesto bajo el mayor escrutinio posible para comprobar que no oculte impurezas, microbios y bacterias que afectan la salud. Dicho escrutinio no puede dejarse a cargo de las mismas manos que sirven el vaso, y es ahí donde la ciudadanía se convierte en el eslabón faltante para asegurar la transparencia.




