pobreza extrema
Blog

02 Marzo 2017
Por Werner Peña
Imagine dos salvadoreños: un funcionario público con posición gerencial y un salario de USD 2,000 mensuales que vive en San Salvador; y, un agricultor de subsistencia con un ingreso de USD 140 mensuales que vive en Lislique –el municipio con el menor índice de desarrollo humano de El Salvador. Ambos pagan impuestos al consumir, por lo que ambos contribuyen para que el Estado atienda las necesidades de la población.











