FMI
El Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi) publicó un nueva edición de su serie de Documentos para el Diálogo Fiscal titulado «Costa Rica: análisis y recomendaciones al Proyecto de presupuesto ordinario y extraordinario de la República para el ejercicio económico 2022», en el que se analiza el Proyecto de presupuesto ordinario y extraordinario de la República para el ejercicio económico 2022 y realiza una serie de recomendaciones, en particular, el Icefi reitera la urgencia de construir un acuerdo fiscal integral que reconozca el rol del Estado como garante de derecho
Ojalá que el presupuesto 2022 sí esté vinculado a una visión de medio plazo, que permita dar luces desde quienes toman decisiones de cómo piensan salir de la crisis, especialmente en un marco donde por decisiones propias del Ejecutivo la situación se ha agravado y las puertas de financiamiento se cierran
Ya estamos en 2017, y es muy común que así como las personas se planteen objetivos, las autoridades nos revelen los proyectos que pretenden perseguira. Pero es muy difícil hablar de los propósitos para 2017, cuando seguimos con una larga lista sin cumplir de los años anteriores.
La clase política salvadoreña ha desgastado las palabras «acuerdo fiscal». No porque se hayan esmerado por conseguirlo, sino porque este término ha sido utilizado para demostrar que la otra parte (Gobierno o partido de oposición) es quien se opone a alcanzarlo. No obstante, ahora que se aborda este tema, valdría la pena recordarles a los políticos para qué sirve la política fiscal.
Pareciera que la oleada de discusiones sobre la desigualdad en el ingreso inició con la publicación de El capital en el siglo XXI de Thomas Piketty. Sin embargo, la cuestión lleva más de un siglo entre nosotros y no es exclusiva de “comunistas”, “socialistas” o de personajes e instituciones de ideología de “izquierda” como suele encasillarse.
El neoliberalismo ha sido una doctrina económica caracterizada por la desregularización de los mercados, liberalización de precios y la reducción paulatina de la actividad gubernamental, que encamina a los Estados hacia procesos de privatización de la mayoría de los servicios y bienes económicos. Bajo esta consigna han descansado gran parte de las políticas económicas recomendada por el FMI a la mayoría de sus miembros, que en casos específicos, como los acuerdos de estabilización macroeconómica, toman un tono autoritario más que de recomendación.
Sobre las finanzas públicas, aunque con matices, hay una noción generalizada de que existe una crisis y que cada día que pasa sin hacer algún tipo de reforma la situación empeora. No obstante, para algunos el problema está en los ingresos: baja recaudación, estructura injusta, privilegios injustificados, débil administración tributaria, etcétera. Para otros el problema está en el gasto: corrupción, despilfarro, ineficiencia, entre otros.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha presentado sus sugerencias preliminares sobre lo que El Salvador debe hacer en materia fiscal. Qué bueno que son solo sugerencias. Al leer su comunicado, uno puede notar de primera mano el fuerte contenido de pragmatismo y rigurosidad técnica de corto plazo. Las soluciones propuestas buscan lograr una sanidad fiscal en el menor plazo posible; a través de mecanismos rápidos para generar recursos, contener el gasto y controlar el déficit fiscal así como frenar el crecimiento del endeudamiento.