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Construcción de Estado y regímenes fiscales en Centroamérica

No. 15 - Época II. Recientemente fue lanzando en Guatemala el libro del politólogo estadounidense Aaron Schneider, titulado «Construcción de Estado y regímenes fiscales en Centroamérica» (F&G Editores, 2014). El hilo conductor del mismo radica en su hipótesis central: los modelos de construcción del Estado fundamentan el tipo de regímenes fiscales vigentes, así como los cambios que se producen en ellos a lo largo del tiempo.

Siendo la tributación el vínculo monetario entre el Estado y la sociedad, el libro estudia los regímenes fiscales instaurados en Centroamérica desde la independencia en busca de pruebas concretas sobre la intrincada relación entre las élites económicas y el poder político. Al extenderse hasta la época actual, caracterizada por la globalización de las economías, resalta que en las sociedades contemporáneas de creciente interconexión e interdependencia, la política fiscal constituye el verdadero contrato social. Schneider permite observar cómo las decisiones que las élites centroamericanas de diversa índole toman acerca de cuáles son los sectores de la sociedad que más deben pagar por concepto de impuestos y cómo los recursos recaudados habrán de invertirse o no, y en beneficio de quién o quiénes, reflejan las bases mismas sobre las cuales se erigen la sociedad y el poder político.

Como el autor muy bien señala: «muchos de los privilegios y los incentivos incorporados a los regímenes fiscales de Centroamérica son el resultado predecible de la presión de poderosos grupos de interés». Esa política fiscal distorsionada de su papel redistribuidor, ha dado como resultado una Centroamérica cada vez más desigual. Por ejemplo, la distribución del ingreso ha mostrado una tendencia a la concentración: en los últimos años el 60% de la población con menos recursos, se ha quedado con el 25% de la riqueza generada, mientras el 10% más rico ha concentrado cerca del 40% del total, consolidando así Estados con pocas posibilidades de movilidad social, basados en el patrimonio y el poder heredado.

Otro ejemplo sobre los efectos de las decisiones fiscales que se han tomado, se puede observar en las bajas coberturas de los servicios públicos de educación, salud, asistencia y protección social, entre otros. De acuerdo con las estadísticas oficiales, en 2014, cerca del 59% de los centroamericanos (26.5 millones) vive en condiciones de pobreza, mientras un 15% vive en la indigencia; aproximadamente el 70% no está afiliado a la seguridad social reflejando la precariedad de los empleos y la carencia de respuestas ante la informalidad laboral, mientras que un 25% no tiene acceso a ningún tipo de servicio básico de salud, y casi el 90% de la población mayor de 60 años no cuenta con una pensión. El 94% de los indigentes y el 87% de los pobres centroamericanos se concentran en El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, lo que muestra las claras diferencias en la arquitectura del bienestar definida en estos países con respecto a los acuerdos logrados en Costa Rica y, en menor medida, en Panamá.

Es evidente, entonces, que en las relaciones que van estableciéndose en torno a la adopción e implementación de la política fiscal se muestran, como en ningún otro espacio, las tensiones entre actores, sean éstos las mismas élites (tradicionales y emergentes), el Estado, o la ciudadanía. En este contexto, los partidos políticos surgen como actor pivote, catalizador de las distintas posiciones en pugna. Destaca, igualmente, el surgimiento de nuevos sectores que, en contraposición a los sectores anteriores, se involucran en dinámicas de cooperación y competencia que, finalmente, van construyendo las instituciones estatales existentes.

En el libro se analiza, desde una perspectiva focalizada y a la vez comparativa, la experiencia centroamericana enfatizada con capítulos particulares sobre Costa Rica, El Salvador, Guatemala y Honduras y se ilustra cómo las nuevas élites transnacionales están siendo clave en el proceso de construcción de Estados que, en el marco de la globalización, buscan construir o consolidar sus niveles de desarrollo. La mirada longitudinal de Schneider permite observar en la historia de los países del istmo los pactos que han ido estableciendo las élites para favorecer sus intereses, en menoscabo del beneficio colectivo.

La radiografía del pasado y la coyuntura actual, otorgan no solo vigencia y credibilidad a los hallazgos del estudio, sino también ofrecen una oportunidad para reconocer que las reformas pendientes en materia fiscal no solo requieren de criterios técnicos que allanen el camino para la transformación productiva, la construcción de la equidad y la mayor efectividad y transparencia de los Estados, sino también de una acción colectiva que, en la esfera política, cambie la actual correlación de fuerzas y consiga redefinir el rol del Estado para que este cuente con los recursos e instituciones capaces de asegurar el crecimiento económico, el bienestar de todos los ciudadanos centroamericanos y la consolidación de la democracia.