Conéctese con nosotros Facebook Twitter YouTube LinkedIn
Blog

¿Crisis fiscal o crisis política? (I)

En El Salvador no tenemos una crisis de las finanzas públicas, tenemos una crisis política. Y la frágil situación de las finanzas públicas solo es uno de los síntomas de esta. A muchos el enunciado anterior podría parecerles disparatado, ajeno a la discusión sobre la realidad del país de los últimos días y demasiado simplista. Sin embargo, espero me permitan exponer mis puntos, y así poder aportar al dialogo colectivo.

Comencemos por la gran interrogante de los últimos días: ¿El país se encuentra frente a una posible crisis de liquidez o de insolvencia de sus finanzas públicas? El primer pensamiento que salta a mi mente para poder responder es querer conocer cuál es la diferencia. Para solventar mi propia interrogante, pude encontrar que de acuerdo a los autores del libro “Esta vez es distinto: ocho siglos de necedad financiera” existe un problema de liquidez cuando un país con voluntad y capacidad para pagar sus deudas en el largo plazo se ve temporalmente incapacitado para refinanciarlas. Mientras que un problema de insolvencia se da cuando se considera que un país no tiene voluntad o capacidad para saldar sus deudas de largo plazo.

Teniendo en consideración lo anterior, en El Salvador estamos al frente de ambas crisis. Por un lado la crisis de iliquidez, es producto del mantenimiento de vicios en la formulación presupuestaria, en la cual no se registran todas las necesidades reales de financiamiento del gasto. Lo que ha llevado a ir necesitando cada vez más la tarjeta de crédito (Letes) y patear el problema hacia adelante con su reconversión a largo plazo, dado que no se considera el pago de las mismas dentro del presupuesto del año siguiente, formando así un círculo vicioso en el manejo de las finanzas públicas. Dicho circulo tuvo su quiebre y fue puesto en evidencia, con la detención por sospechas de inconstitucionalidad del préstamo de USD1,200 el año pasado. Dado que aún no se ha declarado sentencia y el proceso sigue estancado, no se ha podido realizar el rollover de Letes, y volver a hacer funcionar el mecanismo, lo que sumado a la carencia de acciones estructurales para incrementar los ingresos ha producido el eminente problema de liquidez.

A pesar de lo retorcido que puede parecer lo anterior, es muy probable que sea la forma en que las autoridades de turno, tratan de mantenerse a flote y maniobrar un barco que va a la deriva. Entonces ¿también nos enfrentamos a una posible crisis de insolvencia? Sí, pero no por falta de capacidad sino por falta de voluntad. El FMLN ha resultado más conservador que lo que la misma oposición esperaba. Caminando a pasos quedos para evitar confrontaciones con sus rivales políticos y su maquinaria desinformativa; aferrándose a la silla y buscando una reelección a base de pura sobrevivencia política. Mientras que Arena pareciera tener el plan maquiavélico de sofocar al FMLN, esperar un desliz y aprovechar la coyuntura para levantar su nombre y de esa forma recuperar la silla.

Ambos ya se encuentran en competencia de campaña, a pesar de que falta mucho para las próximas elecciones. Mientras tanto han dejado de lado la visión de Estado. Si no, de qué otra forma explicamos la apatía y renuencia para lograr acuerdos. Un Estado no quiebra, al menos no de la forma que lo hace una compañía o empresa, pero en casi todos los casos la recuperación es dolorosa y de sufrimiento para la población. Por tanto, antes de llegar a una situación de crisis fiscal que tendrá consecuencias sociales, se necesita resolver la crisis política. El dialogo es necesario, pero encontrar acuerdos fiscales es un compromiso urgente e ineludible.   

Juan José Urbina
Economista investigador de Icefi
@Juanjourbina