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IVA y regresividad de género: una agenda para el debate

Recientemente el Icefi presentó el estudio Implicaciones del aumento de la tasa del IVA/ISV sobre la pobreza, la igualdad y el bienestar: una microsimulación para Guatemala, El Salvador y Honduras, en cuyos resultados se confirma el carácter social y económicamente regresivo del Impuesto al Valor Agregado (IVA).

Creo que una de las riquezas del estudio es introducir un tema relativamente poco analizado en los trabajos convencionales: muestra que el IVA también es regresivo en términos de género. Los resultados revelan que un aumento de la tasa del IVA del 13% al 15% produciría, entre otros aspectos, un incremento en la pobreza que sería mayor en los hogares encabezados por mujeres.

Considero que este hallazgo abre la puerta para el debate en el que me gustaría profundizar y conocer la opinión de los candidatos y candidatas de la actual contienda electoral. Quisiera preguntarles si saben ¿por qué la política fiscal no resulta neutra al género? Y en este caso específico, ¿por qué los impuestos, concretamente el IVA, presentan sesgos de género?

Para responder deberán saber que los impactos de una medida como incrementar el IVA son diferentes para hombres y mujeres porque sus condiciones son distintas en empleo, salarios, trabajo no remunerado, entre otros. Pero además, deberán entender que existen patrones de gasto distintos, configurados por roles de género. Por ende, ante cualquier medida impositiva que llegue a considerarse, como el caso de incrementar la tasa del IVA estudiado por el Icefi, deberá tenerse muy en cuenta que una buena proporción de mujeres destinan un mayor porcentaje de sus ingresos al que destinan los hombres para la adquisición de bienes y servicios básicos, al asumir el rol (socialmente asignado) de responsables del cuidado (de menores y/o dependientes, etc.) Por lo tanto, lo más probable es que los hogares con jefatura femenina resultarán mayormente afectados.

Deberán saber además que el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) también se verá comprometido, tal como lo demuestra el estudio del Icefi. No obstante, me atrevería a ir más allá de las conclusiones planteadas por el Instituto, afirmando que en todos los objetivos analizados (hambre cero, desigualdad, fin de la pobreza, y otros) el impacto  resultará negativo, afectando de forma más severa a los hogares de jefatura femenina.

Por ejemplo, el estudio del Icefi muestra que el incremento del IVA produciría una reducción en el consumo de alimentos de los hogares más pobres. Sin embargo, con base a lo ya argumentado considero que esto afectará en mayor medida a los hogares con jefatura femenina. Incluso me atrevería a afirmar que un mayor impacto negativo en la ingesta de alimentos sería mucho más severo en el caso de las niñas, considerando que en algunas zonas del país aún persisten patrones culturales donde se prioriza la alimentación de los varones. En consecuencia, exhortaría a los candidatos y candidatas a no perder de vista que los efectos del IVA se determinan además, por la dinámica de las relaciones entre los miembros de las familias, las cuales a su vez se encuentran definidas por creencias y relaciones de poder.                                                                                                                                           

Todos estos aspectos me llevan a inferir que el objetivo 5 de los ODS, igualdad de género, podría ser el más comprometido, considerando el carácter transversal de las implicaciones de género que provocaría un incremento en el IVA en los ODS analizados. ¿Qué harían los políticos en contienda al respecto si, por ejemplo, el Fondo Monetario Internacional insistiera en una medida como esta? Pero sobre todo ¿cómo superarían los sesgos de género de cualquier medida fiscal que emprendan?

De no reconocer y resolver este problema estructural de las finanzas públicas, difícilmente podrán cumplir sus promesas de campaña electoral. Esto porque la desigualdad de género produce un modelo económico ineficiente y costoso socialmente, que mina cualquier posibilidad de desarrollo. Consecuentemente, erradicarla en todos sus ámbitos debe ser el cometido de toda agenda fiscal.

Esta columna fue publicada originalmente el 8 de febrero de 2018 en el diario El Mundo de El Salvador