

Un debate urgente: reducir el consumo de bebidas azucaradas
En los últimos años, la aplicación o incremento de impuestos a las bebidas con alto contenido de azúcar ha ganado atención por parte de algunos gobiernos. Existe evidencia que su consumo desproporcionado está relacionado con un incremento en la probabilidad de sufrir de sobrepeso, y por consiguiente de enfermedades conexas como hipertensión, diabetes y accidentes cardiovasculares. México, hasta antes de 2014 era un ejemplo paradigmático. En el continente americano este país era el que mayor consumo per cápita de bebidas azucaradas registraba, con 163 litros por persona al año. Asimismo, de acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud, entre 1988 y 2012 la cantidad de menores y adultos con sobrepeso y problemas de obesidad creció un 35% y 71%, respectivamente. Entre los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, México era el país con mayor prevalencia de diabetes mellitus entre la población con edades de 20 a 79 años.
Esto llevó al gobierno mexicano a idear planes para atajar dicha problemática. En su momento, simulaciones económicas mostraron que la demanda de bebidas azucaradas era elástica –ante un incremento en los precios, la demanda se reduce en mayor medida– por lo que, por ejemplo, establecer un impuesto sobre el valor de compra de 20% por litro consumido reduciría su consumo en aproximadamente 26%. Entre otros, los efectos positivos proyectados fueron: incremento en la recaudación tributaria de 22,861 millones de pesos (USD 1,687.2 millones) y reducción de la prevalencia de diabetes en un 12%. En la práctica, los resultados preliminares fueron positivos. La imposición de un impuesto de un peso mexicano por litro (equivalente al 10% del precio de compra) resultó en una reducción promedio de 6% en el consumo de bebidas azucaradas entre 2013 y 2014, así como un incremento del 7% en el consumo de bebidas caracterizadas como sustitutas. Estos resultados muestran la experiencia inicial pero positiva de un país latinoamericano, susceptible de ser replicada en El Salvador.
Según datos de Unicef, en El Salvador el porcentaje de menores de 5 años con sobrepeso pasó de 3% en 1988 a 5.7% en 2008. En 2014, el sobrepeso afectaba aproximadamente a 6 de cada 10 adultos. Para ese mismo año, los hombres adultos con obesidad representaban 26.7%, mientras que el porcentaje de mujeres adultas era de 15.7%. Según la Organización Mundial de la Salud, las muertes por diabetes han incrementado en El Salvador en la última década, pasando de 32.4 (2000) a 39.8 (2012) muertes por cada 100 mil habitantes. Por su parte, el consumo de bebidas azucaradas de la región centroamericana es uno de los más altos del mundo con 0.8 porciones por día en 2010, esto es mayor que el promedio registrado en países de ingreso medio bajo (0.59 porciones por día) en ese mismo año.