
política

En un evento público realizado hoy, el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi) presentó su documento para el diálogo fiscal titulado Guatemala: análisis del Presupuesto Aprobado para 2025, con recomendaciones para mejorar la calidad y la transparencia en su ejecución.

La política salvadoreña se ha convertido en un burdo teatro donde hay personajes que representan una (mala) obra de ficción.
Algunos adoptan papeles donde solo dedican a realizar promesas y declaraciones grandilocuentes para hacerle creer al espectador que su mundo de fantasías es el real. Hay otros que se han tenido que conformar con solo hacer el papel de marionetas o simples macetas.

No es una tarea fácil ni sencilla. Generalmente las habilidades de oratoria, el carisma y otras cualidades atractivas de los políticos parecen funcionar de manera muy efectiva para engañar al electorado.
Una estimación adecuada del costo fiscal puede distinguir entre una oferta política seria y otra demagógica o populista.

Por supuesto, ser optimista no está mal. Pero un optimismo excesivo es casi lo mismo que mentirse a sí mismo, algo que es muy peligroso en materia económica.


El Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi) publicó hoy su Nota de Coyuntura No.

El desarrollo debe ir más allá de dar estabilidad y condiciones para el mercado y unas cuantas políticas de asistencia, sino que los Estados deben adoptar y encarnar un conjunto de valores que sean compatibles con el desarrollo de la humanidad.

Tres elementos sobresalen en la memoria del saqueo centroamericano: la búsqueda de privilegios fiscales, el hacer negocios (lícitos e ilícitos) con la administración pública y la garantía de una continuada impunidad.

Hace tres años, escribí en la víspera de elecciones, en ese momento me encontraba ante la disyuntiva de qué hacer: ¿votar o no votar?, ¿anular o no mi voto?, ¿a quién o quiénes les doy mi voto?

Al no haber probado el producto original de la política, nos hemos tenido que conformar con su imitación de muy mala calidad: la politiquería. Los ataques viscerales, la vulgaridad o la improvisación son sus características. Los casos de corrupción son parte de sus accesorios y se aceptan sin ni siquiera mostrar desagrado. En un país, como El Salvador, con tantas honduras, para algunos es, incluso, un producto divertido.