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Las alternativas de acción de los Estados centroamericanos: sobrevivencia o avance

La nueva edición de Perfiles Macrofiscales de Centroamérica revela un panorama económico y social sombrío para la región con un crecimiento económico relativamente alto en comparación con otras regiones, pero menos dinámico que en años anteriores como resultado de una débil economía internacional y de problemas estructurales que continúan sin ser atendidos y que afectan tanto la productividad como el bienestar social y la gobernabilidad democrática.
 
En lo político, los importantes vínculos económicos de Centroamérica con Estados Unidos obligan a estudiar con detenimiento los compromisos asumidos por Donald Trump con el electorado y su impacto en la región. Si se llegaran a cumplir sus promesas sobre migración, comercio e inversiones privadas, los Estados centroamericanos tendrán dos alternativas de acción. La primera es asumir los costos de un modelo económico muy dependiente de esta economía y esperar a que, tarde o temprano, cambien los vientos. Mientras tanto, los gobiernos pueden conformarse con intentar avanzar hacia una mayor apertura comercial que satisfaga a algunos sectores empresariales. Esta es la alternativa más cómoda, quizá la más probable, aun cuando sea la que genera mayor incertidumbre y costos sociales.
 
La segunda alternativa, la más compleja, es comenzar a advertir que Centroamérica, en el mundo actual, no debe continuar sujetando su éxito en función de lo que suceda en el exterior. En ese sentido, los gobiernos deben impulsar acciones conjuntas que estimulen la integración centroamericana tanto económica como social, con metas concretas para la transformación productiva, el crecimiento endógeno y la generación de empleo al tiempo en que se implementa un piso de protección social que asegure un apoyo mínimo para todos los hogares, evitando así la migración y el desencanto con la democracia.
 
Finalmente, los datos que se muestran en esta edición revelan que la política fiscal centroamericana deberá cambiar el próximo año para sustentar cualquiera de las opciones, la de sobrevivencia o la de avance. La primera alternativa seguro se respaldará con el aumento de impuestos indirectos y mayores exenciones fiscales para sectores económicos privilegiados, así como disminuciones en el gasto social, aumento del gasto en seguridad y defensa y menos inversión pública. La segunda requiere fundamentarse en un pacto político y social del que se desprenda una agenda fiscal centroamericana para la democracia y el desarrollo que supere la crisis actual de la finanzas públicas al tiempo en que se transita por una hoja de ruta para la transparencia y rendición de cuentas y se mejoran los ingresos públicos buscando la progresividad, sostenibilidad y suficiencia. En cuanto al gasto público, este deberá vincularse a metas de desarrollo y crecimiento, así como a procesos de evaluación y contraloría.
 
En los próximos meses sabremos si ha pesado más el conformismo o las fuerzas por construir una Centroamérica más próspera y democrática.