Recently, the Global Financial Integrity organization presented its report concerning the illicit financial flows in developing countries.
La discusión sobre la necesidad de una reforma al sistema de pensiones está nuevamente sobre la mesa. Ha vuelto a salir a la luz sin mayores cambios que como fue dejada el año pasado. Sin embargo, este retorno fue producido por el fatal e incendiario campo pagado que apareció en algunos periódicos del país.
Analistas económicos y tanques de pensamiento han coincidido en que la situación de Guatemala no puede mejorar en forma sostenida a menos que nos preocupemos por crear un sistema tributario sencillo pero dinámico, basado en la justicia tributaria y sobre todo con un administrador eficiente y ético.
El Triángulo Norte es más que la suma de tres países, es una región donde, a pesar de las fronteras, las sociedades comparten muchas características: han pasado por horrendos conflictos armados, los niveles de pobreza y desigualdad son superiores a los promedios de Latinoamérica; la violencia, la corrupción y la impunidad son cosas del diario vivir.
En 2016 el sistema de salud yace colapsado y a la espera de una solución.
La discusión sobre los salarios de los empleados públicos ha tomado relevancia después de la publicación de datos desde el Organismo Legislativo.
La semana anterior en el prestigioso destino suizo de Davos se reunieron más de 2,500 personas, elevadas a la categoría de líderes empresariales, gubernamentales, de organizaciones internacionales, sociedad civil, academia, medios de comunicación y artes.
En enero de 2016 se presentó públicamente el borrador de un nuevo código tributario, abriendo la discusión y debate entre algunos estratos de la sociedad hondureña y el gobierno respecto a este nuevo marco legal que tendrá repercusiones económicas, sociales y legales en la ciudadanía en general.
Según estimaciones oficiales, en 2016 la economía guatemalteca tendrá un crecimiento real en torno al 4%; la inflación se ubicará entre 2.5 y 4.5%; se espera un aumento de las remesas familiares de 8.5%; reservas monetarias internacionales netas en torno a los USD7.7 millardos, (11.6% del PIB) y un tipo de cambio nominal relativamente estable.
El 11 de junio de 2015, haciendo uso de mi derecho como ciudadano, solicité información estadística al Ministerio de Hacienda –misma información que, por ejemplo, en Guatemala se encuentra en el sitio web de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) –. Para mi sorpresa me fue denegada.