Aún puede ser muy temprano para que aparezca la palabra austeridad dentro de la discusión nacional.
Centroamérica es una zona con una enorme riqueza natural y multicultural, pero también una zona que comparte exclusión y pobreza.
Los salvadoreños son muy trabajadores, echan riata, no le temen al trabajo, se rebuscan y siempre ven como hacen.
Según las estimaciones oficiales y de entes internacionales, en 2016 la economía guatemalteca tendrá un crecimiento real en torno al 4%.
El equivalente a un tercio de nuestro presupuesto de Gobierno es el monto anual promedio en fuga de capitales por actividades ilícitas. Hace algunos días la organización Global Financial Integrity (GFI) presentó su informe sobre flujos financieros ilícitos (FFI) en los países en desarrollo. En donde, los FFI de El Salvador ascendieron a USD17,437 millones entre 2004 y 2013, un promedio de USD1,581 millones por año.
Los representantes de las 195 naciones reunidas en Francia para la Conferencia Sobre el Cambio Climático (COP21), han reconocido que este es un problema de toda la humanidad y que «al adoptar medidas para hacerle frente, las Partes (los Estados) deberían respetar, promover y tener en cuenta sus respectivas obligaciones relativas a los derechos humanos, el derecho a la salud, los derechos de los pueblos indígenas, las comunidades locales, los migrantes, los niños, las personas con discapacidad y las personas en situaciones vulnerables y el derecho al desarrollo, así como la igualdad de género, el empoderamiento de la mujer y la equidad intergeneracional».
El 10 de diciembre de 1948 fue aprobada la Declaración Universal de Derechos Humanos.
En 1997 los líderes de los países industrializados, después de hacer un mea culpa por ser los principales contaminantes, acordaron tomar medidas que permitieran la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). A esto se le denominó el Protocolo de Kyoto (Japón), quizá el primer paso en serio en la lucha contra el cambio climático. Cabe señalar que el congreso estadounidense no ratificó este protocolo a pesar de ser uno de los principales países contaminantes del mundo.
Entre el 30 de noviembre y el 11 de diciembre el mundo celebrará en París la 21ª Conferencia sobre el Cambio Climático (COP21). Este año la conferencia es transcendental para avanzar en un marco jurídico global que permita frenar las emisiones de efecto invernadero y fortalecer los programas de mitigación y adaptación al cambio climático.
En 2007, un prestigioso investigador danés me mostró las estimaciones de carga tributaria que su país tendría al llegar el 2040: 60% del PIB. En 2006, el pago de impuestos ya representaba el 50%.